Receta para un pequeño instante de felicidad:
Vaya a la alacena.
Tome el paquete de café en grano, ese que prepara todos los días.
Esta vez olvídese de la cafetera.
Vaya al balcón o patio y respire intensamente dos o tres veces para renovar su aire y ventilar sus narinas. El aire fresco ayudará.
Acerque el paquete a usted suavemente, a la vez que exhala.
Acerque su nariz a la abertura de dicho paquete, cierre los ojos e inhale lenta y profundamente, sintiendo el aroma, tan intenso, que seguramente no lo percibe en el día a día.
Recomendación: evitar hacerlo si está apurado, tiene la mente dispersa o es café instantaneo…